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miércoles, 31 de marzo de 2021

Robin Klein, escritora australiana premiada con la Medalla de los Derechos Humanos para la Literatura


Me siento más completo, desde 2017, por contar con una chica en mi vida cuya profundidad emocional me invita a no dejar latente, entre tanto crecimiento intelectual, a la involucración en mi propia elevación del ámbito más humano. Lo que de verdad nos mueve al final, los sentimientos. Yo me considero bastante proclive a ellos, pero he de reconocer que esta personita tiene una gran capacidad para ahondar en los recovecos más escondidos de cada emoción. Cuando nos aventuramos a indagar juntos en este maravilloso cosmos abstracto, pese a haberlo hecho en incontables ocasiones, seguimos sacando estrellas que iluminan nuestro camino existencial a través de algún aprendizaje u observación de alguna sutileza que nos suma y nos ayuda a avanzar en la conservación óptima de nuestra alma.

En tan solo dos días es su cumpleaños, 31 añitos para un ser que contiene, a la vez, la juventud y la sabiduría de la edad acumulada. Y he querido adelantarme, dedicándole esta publicación, para poder sorprenderle -cada día de vida es digno de celebración-. Fue ella quien me regaló el título "Volví para mostrarte que podía volar", de la autora nombrada en la cabecera de esta entrada. Un libro que desgarra soledad y desborda amor noble. Un libro al cual me gusta volver para que me muestre, de nuevo, la similitud, con el vínculo construido entre ella y yo, del vuelo que reflejan sus protagonistas cuando se conceden mutuamente las alas fabricadas desde el mero hecho de apostar por la conexión surgida entre ambos.

Si algún papel tienen los libros, y la literatura en general, es el de potenciarnos como seres. Debemos intentar hacerlo en la dirección más blanca, porque todo medio de ensalzamiento tiene el doble filo para influenciar. El delicado plano de las emociones no es menos y todo cuenta, hasta el más mínimo detalle. Detalles que es positivo identificar para decidir cuáles queremos hacer nuestros y cuáles no. Detalles a los que, personas como esta compañera de vida, me brindan la oportunidad de dedicarles tiempo real y de calidad para no perder ni el rumbo ni el foco del destino al cual me dirijo como humano.

GRACIAS POR EXISTIR, ARRIESGARTE A ESTE LAZO Y POR ELEGIR TODO ESTE TIEMPO PERMANECER DE UN MODO TAN CONSTANTE Y DEDICADO. FELIZ CUMPLEVIDA, TE QUIERO.




lunes, 29 de marzo de 2021

Domingo de sedentarismo liberador


Una tarde sentado, como siempre. Sin mi silla de ruedas eléctrica, como casi nunca. En una silla común, al sol, con el brazo apoyado en la mesa. 

Para ti, que lees esto, quizá no sea nada reseñable. Para ti, que también lees esto, sí lo es porque entiendes mi liberación y sentimiento de rozar equidad.

¿Una sonrisa preciosa? No lo sé y me dio igual. Fue una sonrisa de un momento de ascensión emocional.

Reflexioné y me adentré en mi yo de escritor comprobando qué me contaba mientras no se sentía en la rutinaria sensación de estar adherido a esa silla de ruedas eléctrica. Que estoy muy agradecido de tenerla, eh, hay quienes anhelan una para poder desplazarse y evitar estar encamado. Soy un afortunado, desde luego. Pero, ¿cuán alta es mi fortuna si sentarme en una silla normal me inyecta felicidad pese a estar muy incómodo e incluso dolorido? También me da igual, no voy a centrarme en esto. He disfrutado y vivido ese momento, eso es lo realmente valioso.

Te miro, futuro. No sé si te tendré o cuánto de ti viviré. Pero proyecto en ti un yo más libre donde no necesite rozar sensaciones de equidad social, independientemente de que ello gire en torno a una silla de ruedas eléctrica o no, por tener como hoy momentos puntuales de 'yo también puedo'. 

Te miro de frente. Con el pelo largo y con rizos o con el pelo corto de punta. Con gafas de pasta, metálicas o sin. Te miro con mis ojos, te miro con mi mente. No me sentaré, futuro, ni en mi silla ni en una silla común. Me sentaré en ti: sobre la arena, sobre el césped, sobre rocas, sobre suelos, sobre piernas, sobre caderas, sobre todo y sobre nada. Porque ya no me sentaré más pudiendo no sentarme. 

Prepárate futuro, porque la vamos a liar gorda juntos siendo aliados.




viernes, 26 de marzo de 2021

Los griegos y la tragedia. Thanatos y Eros. Ecos del desasosiego y Antonio Mata Huete


Sigmund Freud, uno de los referentes en el psicoanálisis, nombró a la vida como Eros y a la muerte como Thanatos. Incluso en la industria cinematográfica más actual apegada a los cómics de mayor popularidad, se usa hoy día esto para crear a terribles villanos. Pero Antonio busca el equilibrio vital y ambos conceptos recaudan el mismo protagonismo en su nuevo hijo literario. Recopila poemas intimistas, profundamente sentidos, y poemas reivindicativos respecto a la conciencia humana, hacia dónde nos dirigimos como especie y hacia dónde sería lo suyo ir. El escritor admite un trasfondo: este título y su esencia es un poco un arma cargada de futuro, que remueva y llegue para hacer reflexionar. Para ello, rinde homenaje, como medio de transporte de su creatividad y técnica, a lo que él llama sus 'poetas perdidos' como pueden ser Blas de Otero, León Felipe o Gabriel Celaya.

Y desde esa llamada a la aventura, ayer en la tertulia de Juan Jose Moragrega, nos encontramos como primera misión el indagar sobre el grácil papel de la literatura interviniendo en las conciencias. Y es que el cambio, el salto mental hacia una iluminación real alejada de toda divinidad, se produce en un autor cuando se atreve a crear desbloqueando en sí cubículos de su pensamiento y de su personalidad no divisados. Del mismo modo, el lector genera nuevas realidades en su propia existencia cuando se produce la chispa exacta entre la madurez emocional y la permisión del individuo a curiosear con amplitud aquello que otorgan las líneas sostenidas en sus manos. Como el mismo Antonio concede, se sea lector o escritor 'hay que arrancarse las tripas, arañarse los ojos' para quitarse todas esas capas que nos ralentizan como seres y, así, poder ser versiones más completas de nosotros mismos.

Y hubo bastante de esto este jueves, pues entre poemas, cuestiones, indagaciones y divagaciones, concluimos la tertulia, creo yo, con el interior de cada uno de nosotros un poquito más engrandecido. Un engrandecimiento esquivo con actitudes pretenciosas y cercano con las que suman calidad humana.

Feliz fin de semana a todos

jueves, 25 de marzo de 2021

Trigésima quinta poesía


 

miércoles, 24 de marzo de 2021

De la escritura de lo exterior, pasando por una especie de espiral de filtros, hacia la posesión del alma del poeta

Cuarenta años publicando libros, toda la vida escribiendo. Desde "El vuelo liberado", lanzado en la década de los 80', hasta el recién estreno de "Cuaderno de historia". Estos dos dentro de la lírica poética, pero también alberga en su catálogo literario títulos de narrativa, ensayos y estudios sobre otros autores como por ejemplo Javier Egea. Sin duda, la palabra es parte inseparable de la identidad de Manuel Rico.

Erik Homburger Erikson, psicoanalista estadounidense de origen alemán, entendía la identidad como 'un proceso evolutivo ubicado en el núcleo del individuo y en el núcleo de su entorno'. Manuel Rico me transmitió un poco ese concepto explicando que sus primeros libros los siente como vinculaciones sociales y, con el transcurrir temporal, redescubriéndose a sí mismo y a sus letras, ha ido dando soltura en el papel a lo que es él por su mera existencia, vivencias, experiencias y lecturas.

¿Una necesidad del escritor? Le encantaría poder, en sus recorridos por carreteras solitarias entre pueblos del interior peninsular, detenerse en una fonda tres o cuatro días para plasmar y recoger en sus libretas la simple percepción de esas excursiones suyas. Creo que esto lo hemos deseado todos alguna vez, pocas veces lo hemos podido llevar a cabo con el grado de fluidez que en nuestra mente se reproduce dicho anhelo. Pero la libreta que no falte.

Deleitó pues con cuatro o cinco poemas de este último proyecto materializado y, escuchando sus versos de la cotidianidad llevados a la precisión del buen construir arte, dejó constancia de lo que su obra puede aportar: lenguaje y viaje. Literatura propia, eso es y eso ofrece este autor de largo recorrido vital y profesional.



domingo, 21 de marzo de 2021

Trigésima cuarta poesía


Feliz Día Mundial de la Poesía

Famélicos versos hace apenas un lustro,

escuálidas manos de tinta en nuestra sociedad.

Esmirriadas miradas ojeaban este mundo,

afligido el universo por carencia de creatividad.


El arte inició la escucha tras tanto deprecar,

a las almas poseyó tu ruego, madre libertad.

Un torrente de poéticas, ausente ya tu impetrar,

retazos de aquel implorar para crear calidad.


Quizá ahora en superávit la oferta de versar,

superabundancia que desequilibra el objetivo final.

Pero no dudo de tu habilidad para moderar,

eres la naturaleza creativa insaciable para perfeccionar.


viernes, 19 de marzo de 2021

Dignificación y despedida plena a nuestros antepasados para digerir, hacer justicia, conservar memoria histórica y continuar


Siempre abogo por una profunda sonrisa para vincularnos, pero ayer Jorge Delgado Mora nos arropó con un tema escabroso y delicado que nos conectó a todos los presentes mediante otra manifestación fisiológica: las lágrimas. Y fuimos verdaderos espejos unos de otros, cada uno con sus historias -o más bien con las historias de padres y abuelos que sufrieron la guerra-.

Fue tremendamente conmovedor lo vivido en esta ocasión en la tertulia de Juan Jose Moragrega, esta vez mucho más que una tertulia. Jorge nos emocionó con su testimonio: por sus cipreses como último paisaje antes de morir y su sensación de recibir ese disparo al ser fusilado. Sí, él, porque en sus carnes pudo vivir, a través del lazo genético con su abuelo, lo que un día realmente tuvo que vivir este antepasado suyo por la dichosa guerra. El escalofrío de Jorge al saber que sus pies, por fin, tocaron la tierra en la cual su familiar está enterrado, el estar frente a aquellos cipreses e interiorizar que esa fue la última estampa que vio su abuelo, la satisfacción y liberación emocional al ver que ya tiene un lugar con el nombre de su familiar... Ahora sólo desea que los restos de su abuelo se trasladen a ese lugar donde se le hace memoria justa.

Me impactó ver la repercusión que aún tiene en nuestras vidas lo que ocurrió, aquí en España y fuera. Porque esto no trata de naciones o bandos, o no debería tratarse de ello. Me impactó, como digo, porque fui testigo de que todos los asistentes, con vidas y caminos tan dispares, teníamos una cruda historia familiar que giraba en torno a este suceso social. Yo no pude evitar regresar a aquella investigación que realicé sobre mi abuelo paterno. Jorge me devolvió el olor de esa casa, el movimiento de la mecedora en la cual estaba sentado mientras rememoraba, por mí, todo lo que dañó su mente siendo tan solo un niño... Para quien desee indagar más en la historia de mi abuelo paterno en la guerra, que ya falleció en 2018, aquí dejo el enlace (disculpad posibles mejoras de redacción, lo escribí con 18 años)

A lo largo del tan sentido encuentro, se combinaron todos esos testimonios con el recitar de poemas. Así, pudimos transformar en arte todas las sensaciones que nos invadieron. Lo hizo el propio Jorge dejando sus versos en voz de José Luis García, lo hizo Sandy Garcia con una poesía dedicada a su padre, y lo hizo Antonio Infante Gómez como colofón redondo materializando emoción hasta el último segundo de la reunión.

HUMANIDAD, QUE PARA ESO SOMOS HUMANOS

miércoles, 17 de marzo de 2021

El transcurrir de la vida al tempo de un tren

Recuerdo el último viaje que hice deslizándome sobre raíles a lomos de una máquina chucuchú. En la ida, una joven me hizo sentir con posibilidades, me hizo sentir que tengo mi puntito pese a ir con el culo plantao' en una silla eléctrica. Hubo jugueteo de miradas todo el trayecto, fue aún más interesante porque pertenecíamos a la misma fila de dos asientos y la distancia entre ambos era la máxima posible en dicha fila: ella en uno de los asientos del fondo, yo y mi silla en el fondo opuesto. Nos mirábamos y nos sonreíamos por el hueco de los dos asientos que conformaba nuestro canal de comunicación. Dependíamos de que el resto de viajeros no nos cerrase nuestra propia vía, sólo sucedió algunos segundos. Cuando llegamos al destino, por fin pudimos descubrir nuestras voces.

A esta anécdota me hizo regresar ayer en la presentación de su libro "El precio que pagas". Y es que él nos contó alguna que otra aventura viajando en tren. Por él, por su libro y sus viajes, subo una foto de otro recorrido que hice una vez y que nos conecta de algún modo: La Palma del Condado - Madrid. Miro esa foto ahora y veo sentado a Peter en uno de esos asientos viviendo, pese a estar en el mismo tren, tramas muy dispares a las propias y, sin embargo, interconectadas. Pienso que estuve en ese espacio donde él se ha inspirado tantísimas veces.
Me gustó saber que su padre, quien nos contó sus percepciones sobre la obra, ha participado también mediante ilustraciones. Llamadme sentimental, pero me emociona toparme con vínculos así de ricos por su amor y crecimiento conjunto. De igual modo, como le dije anoche tras acabar la tertulia de , me agradó muchísimo el cómo nos manifestó su amiga Bea la lealtad que posee para sus amistades. Estoy seguro que todo ello potencia su escritura, la enriquece.
Hablamos de literatura, cine, de música y hasta de transistores, todo desde un grado de calidad favorable para el aprendizaje. Esto último de los transistores, receptores superheterodinos y radio gracias a , quien me regaló sin él saberlo una magia del vínculo con mi fallecido abuelo: su entusiasmo por la electrónica. Fijaos todo lo que alberga, si se pone uno a desmenuzarlo, el título de Peter. El viaje en tren de Peter.

viernes, 12 de marzo de 2021

Neoyorkina en la forma de trabajar, española en la forma de vivir, soriana en cuanto a principios y andaluza para bailar


Así se define Sandy Garcia, una artista que se considera, por encima de todo, auténtica. Una persona a la que le gusta la belleza que posee cada instante, una persona que captura esa estética de escasa superficialidad a través de la fotografía, de la escritura o del diálogo con el silencio en el epicentro del bullicio.

En la tertulia de Juan Jose Moragrega de este jueves, me quedé con muchas cosas, pero me identifiqué abruptamente con dos: con la inclinación hacia la introspección y con la permanente observación desde un ángulo único por ser propio. Coincidí en cómo ve Sandy, en su día a día, estas dos impulsividades artístico-humanas. Crecer mirando, enriquecerse dejándonos ser. Ser fundamentándose en sus cincos dedos de la mano: respeto, responsabilidad, honor, consecuencias y verdad.

También hubo tiempo para indagar en el contraste de la ponente en su faceta financiera chocante, quizá, con esa sensibilidad hacia el arte. Pero es que, como ella misma se percibe, Sandy alberga creatividad tanto caminando entre las artes como paseando por las ciencias. Porque es una mujer diversa, porque en sus poesía no cabe duda que existen números.

Y, como no podía ser de otro modo un 11M, dedicamos unos minutos a homenajear a todas las víctimas de aquel fatídico día en el 2004. No hay nada más valioso, más preciado, que la vida. Y nadie tiene derecho ni motivos para arrebatársela a otros. Recordar es luchar para intentar que actos así jamás se repitan a ninguna escala.

Para concluir, Sandy nos brindó esa nota de humor imprescindible mediante Cantinflas. Que no nos falte una carcajada, que el dolor no se empodere hasta el punto de la seriedad eterna.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Arte leonés, recitales poéticos llueva, nieve o haga calor, y piano traslador


Marta Muñiz Rueda, una mujer valiente y que supura arte por todos sus poros materializándolo a través de diversos títulos literarios publicados, como "Anna y las estrellas" o "Tiempo de cerezas", mientras deleita con conciertos de piano siempre y cuando sus partituras no jueguen al escondite.

Tocando, así abrió y cerró la tertulia de este martes. En la primera me envolvió, con el tango final me trasladó. Mis brazos de pronto permitían deslizar a mis manos por las teclas del piano, por su vida melódica de un plano superior. A tal estímulo colaboró improvisadamente Javier Del Prado Biezma simulando tocar cada acorde, entonces ya sí fue inevitable sentir que todos lo tocamos al unísono.

Pero no fue el único momento de enlazarme con la artista, también sucedió mediante el nexo de poesía-naturaleza. Porque, como ya adelantaba el título de esta publicación, nos contó sobre maravillosos encuentros poéticos los cuales se producían en la calle fuese cual fuese la estación. E imaginarme a un grupo de personas recitando sin permitir que la lluvia, el frío o el calor les restase voz, me poseyó como si fuese un ente abstracto entre ellos disfrutando, simplemente, del arte sin ataduras, del arte libre y profundamente pasional, del arte puro.

Entonces surgieron artistas leoneses, bastantes de hecho, ninguno se quería escapar. Tampoco podía ausentarse pues Antonio Gamoneda, del que Marta nos dibujó mentalmente como esa persona ya de edad elevada pero de indudable vena poética con tan solo su presencia. Y recordé su "Cecilia", volví incluso a sus versos. Fue como saludarle en persona, saludar a un autor al que leí, gracias a proyectarle con la cercanía que lo hizo Marta.

No sé si podré ir pronto a conocer rincones de León, pero mientras tanto lo haré de forma astral adentrándome entre colectivos artísticos al aire libre y pianos cuya morfologías y detalles decorativos me invitan a tocar. ¿El qué? Voy a averiguarlo...



viernes, 5 de marzo de 2021

Cuando se auna el sentimiento de extranjería con la heroicidad constante de las lacras cotidianas


Ayer mi día despertaba leyendo un reciente TFG (Trabajo de Fin de Grado) de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid. El estudio con el que me encontré, y en el que se basaba, trataba sobre la carencia existente en España para informar y tener en cuenta, con absoluta equidad en todos los ámbitos, al África subsahariana. En él se proponen nuevos modelos periodísticos muy alcanzables y se incide en la realidad de que ambas partes saldrían beneficiadas. Y es que es muy certero que, incluso en los minutos de noticiarios internacionales, África aún no aparece y cuando lo hace parece relegada a etiquetas y percepciones absurdas que se extienden proyectando al continente en las mentes europeas desde una posición que dista mucho de lo que viven y son sus habitantes.

Por la tarde, me conectaba a la tertulia organizada y moderada por Juan Jose Moragrega, y una de las contertulianas participaba desde Senegal. Ella podría dar buena cuenta de lo dicho en el anterior párrafo, pues vive en primera persona lo que sucede y lo que es África y, al mismo tiempo, tiene la oportunidad de ser consciente de lo que recibe el resto del planeta de ese bello lugar cuna de la humanidad. Pero fue Mariwan Shall, el ponente principal, quien nos sumió en el sentimiento de extranjería a través de diversas referencias, filósofos y autores como Albert Camus, con su título "El hombre rebelde", o su encariñado Nietzsche al que siempre tiene presente por el jugo que ha sacado estudiando su pensamiento. Gracias a la exposición de Mariwan surgieron propuestas como la que inició Antonio Infante, y que apoyamos y compartimos seguidamente otros de los allí presentes: si profundizamos un poco, si reflexionamos, todos somos extranjeros ya que nos topamos con diferentes personas cuyos ideales y caminos vitales difieren de los propios. Esto me pareció acertadísimo.

Del mismo modo, surgieron debates como qué debe pesarnos y transmitirse más, la heroicidad lírica o la heroicidad rutinaria. Aunque en todo ha de haber una moderación y siempre se pierden aprendizajes cuando uno se inclina a favor absoluto de un polo, en este caso sí pienso que debe contener un poquitirrinín más de foco la heroicidad mundana para así crear heroicidades artísticas más de piel y, por ende, más trepidantes. El héroe de ayer, por todo lo que nos ofreció culturalmente luchando contra las dificultades de controlar un idioma no nativo, Mariwan, me hizo sonreír cuando apuntó con cierto sentido 'llevo en España 25 años y no entiendo cuando veo a otros extranjeros que han venido en busca de una nueva vida y, sin embargo, lo que finalmente hacen es traerse su cultura aquí: comen lo que comían en su país, se emparejan entre los que también han llegado del mismo país... ¡dónde está el aprendizaje de abrir la mente a nuevas culturas para crecer!'.

Personalmente, me quedo con su apuesta permanente hacia evolucionar desde lo humano. Desde ahí es desde donde siempre podremos apaciguar el vacío y el dolor que genere la extranjería de ser únicos.

miércoles, 3 de marzo de 2021

Una promesa a San Judas Tadeo y carcajadas contagiosas para revitalizar el alma

No hay mejor cabecera de entrada para introducir a esta pareja canaria y artista. Y es que, por encima de eso, son seres de gran calidad humana. Tanto es así que Javier De la Rosa nos contaba ayer qué labor desempeña, desde hace casi dos décadas, como diputado del Parlamento de Seguridad y Paz de la ONU. Y dicha labor creo que dice mucho de lo que le mueve e interesa: procurar la consecución de la paz y seguridad de las naciones y de los ciudadanos de todo el mundo. Nada más y nada menos. Claro está que, a su lado, tiene a su mujer Charo Alonso Panero que le ilustrará en muchas ocasiones y no tan solo mediante esos tremendos dibujos que acompañan a la literatura de su marido.

Porque esa es otra, entre tantas ocupaciones, caridades y logros, nos compartía el subidón y afianzamiento de autoestima como escritor y descriptor de sí mismo que le confirió ser candidato, desde 2015, al Premio Nobel de Literatura siendo propuesto por la Asociación Internacional de Escritores en EE.UU. (IWA). A él, que colabora en la seguridad mundial, de pronto se le brinda ese fuerte cimiento para su seguridad como escritor. Qué mística llega a ser la vida con sus ironías y causalidades, ¿verdad?

Volviendo a Charo, me pareció entrañable cómo nos entregaba el recorrido de su vida, tanto en el camino dado familiar con un tío carnal de renombre como es el poeta Leopoldo Panero, como en el sendero escogido con esa vinculación y formación en pintura habiendo realizado incluso Bellas Artes en Ginebra. Y hago hincapié en que lo escogió porque nos dio mucha envidia sana por haber tenido esa realidad de haber estado siempre rodeada de miles de libros a su alcance. Libros que seguramente han influido en quien hoy es, pero que no le han despegado de su amor y afición a dibujar. De hecho, nos regaló la emocionante verdad de que el dibujo le ha llegado a levantar cuando el ánimo le pretendía derrumbar.

Y ya el clímax es, sin duda, fusionar todo ese arte y toda esa magia individual de ambos con ese libro elaborado en conjunto titulado "El emperador en Santa Elena". Para que luego digan de la simpleza de un libro y, sin embargo, concentran muchas esencias entre pinceladas de sabiduría. Sabiduría de la buena, sabiduría de calidad. De calidad humana.


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PODER NO DEPENDE DE NUESTRA CONDICIÓN FÍSICA O DE LO QUE NOS RODEA, PODER DEPENDE DE LA DISPOSICIÓN INTERNA DE CADA UNO. Y YO, ¡PUEDO!
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