En la esquina superior izquierda, ilustración de la obra "Hamlet". |
Introducir como parte de la trama aquello que como autor se está elaborando, es siempre grato desde la postura del lector. Esto es precisamente uno de los recursos que usó Shakespeare en esta obra, imprescindible bajo mi percepción en el recorrido literario e incluso personal.
Me resulta muy atractivo también el hecho de realizar debates existenciales diversos entre sí bien integrados y fluidos por la personalidad y cualidades de los personajes partícipes. O, a colación de esto, ser testigo de diálogos con uno mismo poniendo sobre la mesa el autoconocimiento como elemento de plenitud y madurez del ser. Una buena metodología de que sin querer queriendo el lector profundice sobre los temas expuestos extrapolándolos a sus experiencias vividas y pensamientos formados.
Una obra de cinco actos bien repartidos y estructurados, que no se hace densa ni aburrida gracias a su dinamismo y a los elementos característicos del teatro que lo hacen de varios modos una lectura interactiva.
Doy por sentada la confirmadísima inspiración que fue esta obra teatral para la exitosa película animada a la cual aludo en el título de forma subliminal: El rey león. No obstante, no podía ser de otra manera y Hamlet disfruta de su propia película con un reparto de categoría como Robin Williams, Kate Winslet, Julie Christie, o su protagonista y director Kenneth Branagh. Sin embargo, animo a leer primero dicha obra.
Edición especial en formato miniatura. |