La indiferencia es lo mejor que se puede poseer cuando existe un conflicto o un desengaño amoroso.
Cogiendo el primer ejemplo, en un conflicto, muchas personas en determinadas ocasiones se decantan por machacar al adversario o simplemente siguen cada día recordando el conflicto. En este caso, la indiferencia es la mejor opción aunque muchos crean lo contrario. Y es que, hay personas que cuando ven que le eres indiferente al conflicto y a la persona con la que lo posees, se limitan a pensar que eres un cobarde. Pero tarde o temprano ese gran aliado por nombre tiempo te da la razón de que lo que mejor que puedes realizar es ser indiferente.
Por otro lado, con el segundo ejemplo, la indiferencia puede ser una gran solución para alejarte de esa persona y de paso poder curar las heridas que te ha dejado como herencia. En diversas situaciones se produce un desengaño amoroso inesperado. Cuando esa persona a la que le has entregado hasta lo más valioso del ser humano, el corazón, no sabe valorarlo y lo único que obtienes como si de un trueque se tratara es sufrimiento tras sufrimiento acabas por quitarte la benda de los ojos y cortar por lo sano. Y es ahí donde tu elección es muy importante. Muchas personas optan por los insultos, por malmeter o cosas así que lo único que traen es más sufrimiento. Desde mi punto de vista, lo mejor es ser indiferente con esa persona porque no se merece de ti ni una sola lágrima, ni un solo insulto, ni un solo movimiento de tus labios para dirigirle la palabra aunque sea para mal... Lo único que se merece es NADA. No se merece que entres en su juego, simplemente ignora a esa persona para no seguir sufriendo. Porque tú que lo has dado todo por esa persona mereces todo, mereces la felicidad, mereces esa persona destinada a ti que lo dará todo por ti al igual que tú. Así que sé indiferente a la persona que te ha hecho daño y no caigas en el juego de la sociedad porque tú no eres como quiere la sociedad que seas, tú eres tú.