Como os prometí, la quinta entrega llega hoy lunes. Esta entrega irá sobre la metamorfosis que ha sufrido mi persona respecto a las creencias religiosas. Pero siguiendo con mi esquema cronológico, seguiré por donde lo dejé ya que es una buena continuación para hablar sobre el tema de esta entrada.
Un momento muy bueno en Lourdes fue cuando hice la comunión. No es que yo supiese mucho lo que estaba haciendo pero el hecho de que fuese algo al que tanta gente le daba tanta importancia me hacía sentir bien.
Para colmo, a la vuelta del viaje me organizaron otra comunión en Madrid y también en un lugar que no pasa desapercibido. Había hecho la comunión en un lugar especial para ello pero no se iba a quedar ahí la cosa. En Madrid, hice mi segunda comunión en la gran catedral de la Almudena con el cardenal Rouco Varela. Es curioso como alguien que acabaría siendo tan ateo como soy, fuese a hacer la comunión en Lourdes donde todos los creyentes desean ir y en la catedral de la Almudena con alguien de tanta importancia católica como un cardenal. Para mí, fue mucho más especial el día de la comunión en la gran catedral porque realicé mi comunión junto a mi hermano y asistió toda mi familia, cosa que no pasó en la comunión de Lourdes. En cualquier caso, como dije en la entrada anterior, lo que se vive en Lourdes es único.
Esta entrada se la quiero dedicar a toda la gente que hizo posible que ambos días de ambas comuniones fueran tan especiales. Porque son y siempre habrán sido parte de un trocito de mi vida.


Esta entrada se la quiero dedicar a toda la gente que hizo posible que ambos días de ambas comuniones fueran tan especiales. Porque son y siempre habrán sido parte de un trocito de mi vida.