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viernes, 28 de febrero de 2020

Nefando


Su llanto en el agua, flotando sobre la superficie del río, intentaba crear una balsa. Las ramas de piel que le sostenían tenían tanta humanidad como las que discurrían por allí tras quebrar de los árboles, algunas pasaban demasiado cerca de la criatura llena de temor. Sabía lo que iba a suceder, pero se aferraba al amor que debería ser innato. Recurrió al contacto visual penetrando su mirada con los de aquel despreciable ser monstruoso. Supo que tampoco funcionaría.
La lucha por nadar, sin haber tenido siquiera tiempo de aprender, le inundaba y salvaba con agonía por segundos. Las fuerzas pronto empezaron a flaquear y el bebé acumulaba agua en sus pulmones. La vida en él se evaporaba...

Despertó. Sudoroso y con el agua en su boca. Deseó haber vivido aquel sueño antes que ser consciente de la realidad. Nunca conoció a su madre, su amor por él hizo que, en una excursión al poco de nacer, ella perdiese la vida tras salvarle cruzando un traicionero río. Jamás lo superó, ya corría por su tercera década. El trauma era su única compañía. No sabía de su padre ni hermanos, mucho menos de sus amistades. Estaba solo. Solo en aquella cabaña al lado del río en el que perdió al nacer a su madre.

domingo, 23 de febrero de 2020

Pedigüeño

Una mancha de tinta en el dedo transcribía sus deseos más profundos...

Las ilusiones luchadas en tu nombre, mi entusiasmo, han sido los milagros de mi vida. Quiero eso, ilusionarme, pero con mis propias ilusiones. Abrir caminos abruptos y verme en medio de ellos, esforzándome y, a la vez, agradeciéndome por cada paso dado. 

Nunca se me dio demasiado bien intentar no normalizar, quizá justo lo contrario que le ocurre a la mayoría de la gente que tanto requieren de colectivos que luchen por sus circunstancias. Pido no sentirme nunca en la necesidad de que me ayuden a entender condiciones que no me entren en la cabeza, conservar mi flexibilidad mental respecto a la diversidad humana.

Quererte tan fuerte, universo, que la petición de estar siempre de buen humor se reduzca a un hecho en mi realidad. Cada amanecer es la suerte de estar vivo, es emocionante que el cosmos te escoja para un día más.

Tengo resaca de tanta emoción enrevesada, muéstrame claridad vital, vida. He sentido la complejidad necesaria de esta existencia, concédeme un poco de sencillez agradable. Prometo disfrutarla, aprovechar esa serenidad.

Mi corazón es etéreo, es la radio en la que escucho la organización de mis relojes circadianos. Voy a dar la vuelta a mi alma, como una prenda reversible, para descubrir lo que me he perdido hasta ahora de quién soy. Deseo no decepcionarme.

En el viento del levante marítimo pude enredar en nudos marineros mis impulsos con las zarzas de sus desganas. Ahora sueño con simplemente pararme a oler nuevos frutos, necesito perdonarme por no involucrarme en ello.




Pasear

 

Pasear, simplemente pasear para observar el verde natural y respirar al aire libre... VIDA

lunes, 17 de febrero de 2020

¿Niños eternos?

 ¿Qué consideras que no tuviste en tu infancia? Haz del ahora parte de la infancia del mañana.


 

viernes, 14 de febrero de 2020

Jábega de jade


Al final de la red, allí estaba tu corazón de jade. Aquel que tanto me empeñé en capturar, el mismo que peligraba perder para siempre con cada paso hacia él. Cuanto más ansiaba acariciarlo, más rápido se deslizaba directo al abismo. Huía. Mi obsesión era cuidarlo, la suya despreciarme. No quería resistirme a él, no quería rendirme. Luché, él se dejó caer.

Me quedé mirando, analizando su decisión. Prefirió dejar de ser corazón, prefirió ser añicos antes que permitirme sostenerlo entre mi calor. No pude hacer nada, no podría haber hecho más. Se fue, se tiró a la ausencia de amor. Necesité sentir el filo, el borde de aquella red que no había impedido de ninguna manera que cayese. Lo deshilaché. Estuve a punto de caer, de ser un cúmulo de pedazos entremezclados con aquel corazón destrozado por elección propia. Se lo mostré, le enseñé a no tener miedo. Le materialicé que se podía dar pasos hacia zonas seguras, arriesgarse a intentar ser feliz.

Abandoné la red y ocurrió. No, no se recompusieron los fragmentos del corazón suicida. Fue el mío el que cambió repentinamente a un verde vida. Más duro, más sensible. Más cauteloso, más generoso. Porque sí, yo sí decidí arriesgar a enfrentarme a lo venidero.

Antes de marcharme le concedí una compañía a esa arena cada vez menos colorida. Corté la red dejándola caer para que se reuniese con ella. Le otorgué el recuerdo de que las vías fáciles, a largo plazo, pueden ser la peor tortura en el puente de las decisiones del amor.

Amor propio, amor sano

 

La frontera entre el amor propio y el amor egoísta es muy fina. Es importante asentar buenas bases para quererse bien. Sólo así se tiene capacidad para querer mejor a los demás.

viernes, 7 de febrero de 2020

Labilidad



Suave. Parece terciopelo resguardado sobre una caricia de viento. Al remover sus filamentos cobra una rugosidad notable, pero enseguida se vuelve a sentir como el peluche nuevo de un bebé. La delicadeza frágil de su tacto le confiere ser una textura con elevado grado lábil. Su ligereza le concede mantenerse a flote siendo arrastrada por un cálido soplo de tus labios. Es un beso ondeando con forma propia.

No quiero que se rompa, se acaba quebrando. Su deterioro va al compás del dichoso tiempo, no hay modo alguno de repararla. Se deshace, se va desintegrando con la misma magnificencia que contiene en sí misma. Se disuelve, ha desaparecido de lo existente.

¿Cómo se mantiene a raya el recuerdo de la delicadeza sin que un día la mente lo extinga?

Contagio emocional

Para la escritora de renombre, Elsa Punset, la poesía, junto a la filosofía y a muchos otros grandes legados de la humanidad, es uno de los fundamentales recursos pragmáticos para elevar la calidad de nuestra especie. Las emociones se propagan, esto está más que demostrado. Así que dime, ¿cómo te sientes ahora mismo? Intenta crear al menos cuatro versos expresando tu estado emocional. Siéntete libre, todos somos diferentes y cada proceso emocional es humano y contagioso. Contágiame.


 

martes, 4 de febrero de 2020

Autoconocimiento

Estamos en una etapa social en la cual, pese a todo, se está incidiendo mucho en la visibilidad de las diversidades humanas en vías de concienciar y normalizar. Las emociones, los sentimientos, no son menos. Esto ejercita habilidades sociales como la empatía. Pero, de forma individual, también ayuda a recaudar recursos y estrategias internas que colaboran entre sí dando como resultado mejores gestiones emocionales en las personas.

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PODER NO DEPENDE DE NUESTRA CONDICIÓN FÍSICA O DE LO QUE NOS RODEA, PODER DEPENDE DE LA DISPOSICIÓN INTERNA DE CADA UNO. Y YO, ¡PUEDO!
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