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martes, 28 de septiembre de 2021

DESMENUZANDO UNA CUBIERTA SUBVERSIVA

 

'Abel... ¿Y qué es eso de subversión exactamente, qué significa que algo sea subversivo?' Son varias personas las que me hacen esta cuestión que hoy vengo a despejar. Pues es un término que suele hacer alusión a cambios sociales en torno a los valores, la moralidad o la ética... No obstante, puede emplearse también para referirse a una perturbación personal debido a un punto de inflexión existencial o introspectivo. Es como un viento que genera nuevos ciclos a un entorno. 

Elegí como título La subversión de los vientos porque me arrasó de forma inesperada conectando mi mente dos de mis inquietudes: la naturaleza y mis lecturas. Además, fue como que todo encajaba puesto que al reflexionar y analizar la obra supe que había dado de lleno con el idóneo. Respecto al título reflejado con fuente cuyo estilo evoca estar sufriendo un vendaval, llama la atención de los lectores cuando se percatan que está en francés. Uno de mis sellos como autor es titular desde otros idiomas porque creo fervientemente en que un verdadero lector o creador de palabras va más allá de las fronteras de su propia lengua. En este caso, tuvo mucho que ver también que es el idioma nativo de mi madre y, por ende, siento que la cultura francesa ronda muy dentro de mí, por lo cual hay cierta necesidad de llegar a manejarme con la soltura suficiente como para versar a través del francés. 

La fotografía duplicada, a modo espejo, que conforma como un todo la portada y contraportada de la cubierta, para mí era importante que estuviese presente para que el escaparate del libro rezumase dos valores que cobija el poemario: el esfuerzo humano y la perseverancia. Y es que ese rayo lo capturé, tras las gotitas de lluvia en mi ventana de la habitación, sin trucos ni comodidades tecnológicas, desde el empeño de lograr una imagen que me hiciese estar al menos satisfecho en lo concerniente al arte fotográfico. Si no hice quinientas capturas de entre las que seleccioné esta, no hice ninguna. 

Hoy día, respecto al mundillo editorial, puedo sentirme orgulloso de mi trabajo previo a lanzarme a publicar, ya que no decidieron modificar ni el título -sí lo acortaron, ya que en origen tenía como subtítulo 'cuarto de siglo'-, ni la base esencia de la cubierta con esta imagen propia.

Respecto al elemento de la rosa de los vientos, fue una idea brillante de la diseñadora de cubierta: Anna Agudo Aguilar. Me encantó porque potenciaba esa necesidad de entregar pedacitos de mi ser y, a la vez, ser coherente con la obra y con el sumarle valor artístico. Quienes me conocen o me siguen sabrán que el océano, origen de la vida en nuestro planeta, me atrae por tanto que contiene: desde el oleaje espumoso de su superficie, hasta lo místico en sus ocultas profundidades. Por esto, todo lo que rodee al mundo náutico tiene automáticamente mi atención, porque conecta conmigo. Del mismo modo, lo hace aquello en lo que más tarde caí: es un símbolo muy usado para relajarse pintando e incluso dibujando mandalas. Y es que recordemos que calma y seguridad para sus supervivencias es lo que otorgaba a los navegantes este elemento que muestra los rumbos en que se divide la circunferencia del horizonte, utilizándose pues para conocer la dirección de los vientos.

En la solapa de apertura, además de una pequeña biografía está la foto de autor acompañando. Tampoco está escogida al azar o por estética -las tengo en las que salgo más favorecido-. Como he comentado, para mí era importante que todo tuviese unicidad, hasta el más mínimo detalle. Es por ello que muestro tan solo mi cabeza sin cuerpo, como flotando o levitando, reflejando una mente como movida o suspendida por el viento. También aporta un extra muy yo, la relevancia al acto de la escritura en sus dos vertientes: a mano y a máquina. 

Para culminar, en la solapa de cierre, se puede disfrutar de una pequeña sinopsis cuyo encabezado lo custodia el dios Eolo. Una aportación artística más, la mitología, con la que concluyo este desmenuzar del total de la cubierta, no sin antes dejaros con un poema inédito en honor a este dios de los vientos. Espero os guste. 

"Eolo"

Sopla atemorizando a las páginas,
remueve las letras entre un ordenado caos,
ventisca seleccionando versos cual dádiva
remolino en un libro convida a todo lector.
Es brisa o es galerna, quizá ambas producidas por un dios,
huracán o ausencia emana de las estrofas,
todo revolotea en el juego de este bribón
que ahora de las solapas del tomo hace su panteón.
Un ciclón en sí mismo, capaz de adentrarse en cada individuo,
bufa imponente tronando alaridos,
atrás queda nadie de los sentimientos insuflados
cuyas emociones este torbellino ya te ha manifestado.



lunes, 20 de septiembre de 2021

FIRMA DE "LA SUBVERSIÓN DE LOS VIENTOS" EN PLENA #FLMADRID21


¡Pues se agotaron los libros! Día 20 de septiembre del 2.021, inolvidable...
Por encima de ese hecho anecdótico, medio disgustillo por todos los que se fueron sin sus ejemplares firmados después de desplazarse, me llevé mucho bonito. Eso traspasa incluso a la literatura y al arte, porque son líneas con mucho arte escritas en el recorrido de mi vida. Son momentos, compartir.
Hubo una regresión plena a la época buena del instituto de la mano de profesoras, mi alma dio un vuelco al ver a ese hermoso grupo que me encontré inesperadamente allí. Faltaron algunos que no quiero dejar a un lado y que tengo a menudo presente en mi interior. Y no tan solo profesores, también mi fisio y una amiga de los que conservo de aquella etapa representando a todos los alumnos que me acompañaron. Incluso estuvo una personita que se escapó de esta vida para irse a otro plano hace unos años y que conectaba tan bien con todos los que nos reencontramos. Va a ser verdad que este año, la #FLMadrid21 fue la #FeriaDelReencuentro.
Por supuesto, ese grupo juvenil con el que tantas risas y buenos momentos voy acumulando. Y mis chicas, "mis pibonsetes" más por lo que albergan que por lo que se ve en apariencia. Incluso las que no pudieron asistir pero que al leer esto saben quiénes son. Amigos que valen un potosí y a los que quiero saber conservar a mi vera, sea en verso o en prosa, entre libros o entre abrazos.
Los tertulianos, que son mucho más que esa etiqueta para contextualizar y que me conmovieron mucho con su presencia. Tan solo uno de ellos fue el afortunado que se llevó el libro dedicado, pero seguro que pronto podré ir firmando uno a uno con el mismo cariño. Mi amigo y prologuista Juan José, con quien me quedé con las ganas de pasar más tiempo y hacernos una foto solos en honor a esa fusión entre su gran prólogo y mi obra. También agradecer a quienes compraron libros otros días y no me encontraron, a los cuales envío un abrazo sincero y mis disculpas. Los viajes a Francia tuvieron también su protagonismo capturando una foto con una persona que me trasladó allí, aunque eché de menos a otras personitas que también conocí allí y que no pudieron acudir.
Me nace escribir unas palabras a todos esos desconocidos que se acercaron a preguntarme de qué iba mi poemario y a hacer fotos al cartel asegurándome adquirirlo a través de la web: eraseunavez.org/subversion-vientos De esas almas aún sin descubrir, me quedo con una entrañable mujer acompañada por su mascota que me lamía la pierna mientras su dueña indagaba en mi obra.
Y no puede faltar mi familia, que también se ausentaron miembros pero les tuve conmigo. Gran apoyo, motivación y desparpajo para animar el cotarro y atender cuando yo estaba ocupado.
GRACIAS, A TODOS. MUY EMOCIONANTE, UN DÍA QUE VA A PASAR A LA HISTORIA PARA MI ALMA. LLOROS, CARCAJADAS, CONVERSACIONES PROFUNDAS Y COMPLICIDADES.
A quienes no pudieron asistir, deciros que online está disponible y es cuestión de poner la excusa de la firma para abrazarnos y así poder dedicároslo.
¡OS QUIERO, SENTIMENTALOIDES MÍOS!

viernes, 10 de septiembre de 2021

LANZAMIENTO DEL POEMARIO EN LA FERIA DEL LIBRO MADRID


Vivido día existencial el de la inauguración de la #FLMadrid21. Allá que fui yo, bien preparado con el cartel promocional de mi firma como autor presente en el evento literario del año. Casi cumpliendo la década sin publicar un libro, querido lector, volví para mostrarte que podía volar -como diría Robin Klein- trayendo mi capa en forma de poemario, una capa que tan solo ondea con vientos subversivos para impulsarme en la trayectoria vital de las letras que, al fin y al cabo, es la proyección de mi ser más emocional, intelectual y profundo con la ingente necesidad de redescubrir los recovecos conocidos e identificar aquellos que me amplificarán como alma dentro de un mismo cuerpo.

Y allí, en el tradicional Paseo de Coches ahora denominado Paseo Fernán Núñez del capital Parque del Retiro, paseé de lo lindo, sí, tanto fue así que hubo un momento en el cual fui la velocidad de los jardines recordando la reciente lectura de Eloy Tizón mientras sonreía a los viandantes del recinto que me miraban atónitos zigzagueando entre ellos. Quizá no sea la más eficaz de las metodologías promotoras, pero es mi autenticidad puesto que así voy cuando disfruto en soledad por senderos improvisados sumido en los paisajes al compás de mis pensamientos. Y en mi esencia, se me acercaron niños curiosos, se tropezó alguna chica torpona -de mis preferidas por desbordar un mundo interno caótico de lo más interesante en ocasiones- y aproveché para soltarles mi obligado discurso para verlas en diez días listas a que les dedicase un ejemplar, me palmeó el hombro con aprobación algún que otro hombre cincuentón, sexagenario e incluso septuagenarión... Conocí, sin darme tiempo para conocer de verdad, a personas diversidad hasta el punto de que algunas andaban con tal libertad natural, esa tan necesaria y anhelada, que desde mi posición me era inevitable advertir los calzoncillos marcapaquetes o las negras bragas de encaje. ¿No te resulta sensual ir sexy a una feria cultural? Erotismo mezclado con la flexibilidad mental que concede ser un/a ávido/a lector/a sin que ello derive en que al día siguiente sea noticia por culpa de algún/a desalmado/a. Porque sin duda también di con muchas personas sexys por lo que desprendían en su conversación o en su comunicación no verbal. ¡Quién dice que en el multiverso de las páginas no quepan las virtudes interpersonales!

Eso sí, te admito una cosa, también fui mucho a mi bola. Y te contaré esta parte del día, la de cómo me dejo fluir sobre la marcha escuchando a mis prioridades internas, mediante un poema. ¿Te hace?

"Lo necesitaba"
De buen yantar con mi editor,
la confesión no se hizo esperar:
-¡ha llegado, Abel, en un rato al expositor!
No veía el momento de palpar un ejemplar.
Pero cómo será la naturaleza humana
que, a sabiendas de que ya podía olerlo,
mi mente y cuerpo reubicaron mi ansia
postergando la ilusión por natural deseo.
Alejado unos minutos de libros y gentío,
crucé el umbral a la cercanía del pavo real.
Qué sensación conectar miradas con brío
comunicándonos entre especies con equidad.
Me quedé quieto, le concedí toda libertad.
Qué hermosura cuando dibujó círculos
siendo yo su cercano epicentro,
qué hermosura siendo él quien me vino a contemplar.
Su colorido plumaje me entremezcló mis pensamientos,
y entonces marchó con su belleza y majestuosidad.


La verdad es que creo fervientemente en lo crucial que es darnos lo que el corazón, que no los impulsos, nos solicitan para recargarnos y así no dejar de disfrutarnos. Pues eso, que este momentazo de vinculación con la naturaleza, fue previo por elección al esperadísimo instante de todo autor, el de tocar y oler por fin su propia obra en formato físico. Qué decirte de las sensaciones que me arroparon esos primeros minutos de fusión entre mis manos y el pequeño hijo literario... pese a ser el segundo, la inmensa entrega de honestidad, experimentación técnica y divertimento plasmado, fueron de los tantísimos motivos para que me recorriese un cosquilleo desde la boca del estómago hasta la cabellera. Para más inri, todo ello se magnificó con la increíble sorpresa de la primera venta sin dar siquiera tiempo a poner el precio. Fue por parte de una persona que no esperaba para nada, aún no nos conocíamos en persona y ni me había avisado de que se pasaría porque ni él lo había planificado. Fue de esos maravillosos arrebatos que dan antes de entrar al trabajo. Y a mí... a mí me auguró unas vibras excelentes para el veinte.

Más o menos, a grosso modo, así fue mi andadura en la apertura de la feria. Intentando adentrarme en los sentimientos de las personas, alejado de los medios, o eso creía yo hasta que Mr. Google me avisó de que había un artículo en el cual me nombraban -qué minucioso filtrado tiene ya esta red virtual, tanto que asusta-. A seguir recaudando vivencias, gratas sorpresas derivadas de lo que nos une a ti y a mí, comunicarnos sin prejuicios a través de la palabra. Así podemos hacerlo si decides adquirir "La subversión de los vientos", o si decides regalárselo a alguien. Gracias de antemano.



miércoles, 1 de septiembre de 2021

La crudeza de algunos intervalos vitales

Isabel nos eleva por su escalera de caracol, o quizá nos descienda hasta dejarnos los pies, la mente y el alma sobre la realidad terrenal.

Arropa al tiempo primero, le confiesa ser hogar del cual escapar en ocasiones. 'No pensar qué habrá detrás de la ventana. No quieres saberlo.' Y es que 'eres materia en suspensión. Esperas.' Así sucede a veces, creemos que desaprovechamos intervalos temporales pero, realmente, maduramos nuestra existencia. Entre soledades decides estar con compañías reminiscentes, cual flashback. 'Pensé si serías el eco profundo de la cueva que guarda elementos de rescate'. Porque aunque sea por un ente invisible, por un metahumano transferido de la mente al mundo físico, a veces necesitamos que nos rescaten. Para eso también hay tiempo, tanto como ha de haberlo para rescatar a quienes lo precisen -y muchas otras veces incluso a quienes no lo precisan-. Yo también 'busqué la huella de quien pudiera abrazarme' y la vida me 'sorprendió con almas blancas'. Es lo que tiene el tiempo, sus intervalos, que contienen soledades y regazos al igual que sufrimientos y felicidades.

Por ello, también afloran vuelos. Vuelos plasmados en este título. Vuelos de todos y vuelos exclusivos. Vuelos como si fuésemos niños. Vuelos para huir cuando 'hay fuego al final del horizonte y el agua no pudo apagar las llamas'. 

Entonces aparecen ellas, se materializan las palabras entre nubes de algodón y de humo. Palabras habladas, palabras calladas y palabras de incógnito entre silencios. Y llega la personificación de términos como 'comunicación', 'aceptar', 'espuma', 'please' o 'atmósferas' que se crean con diosas como Afrodita, generadora de vida con su belleza y sensualidad. O su semejante romana cuando esta griega mira su reflejo y ve a Venus. Porque, como todos, dependiendo de sus intervalos emocionales no siempre se siente griega ni siempre romana. Tiene palabras de pensamientos entre los cuales vuela en tiempos diferentes siendo Afrodita y Venus. Combatiendo así las balas, evitando caer en trincheras. Toda una guerrera cuya valentía no hace falta ni nombrar por su evidencia. Quizá no es tan solo Afrodita o Venus, quizá también es Isabel e incluso su hija Raquel -quien le dedica unas palabras acertadas en la contraportada-. Dos mujeres que, como las mitológicas diosas, poseen latidos de fuego y latidos nocturnos. 

Todo concluye regresando de las luchas, de los cielos surcados y del propio tiempo, al papel para allí retomar apuntes. Entregada a ellos, crea su 'akelarre' natural con una 'escala musical sobre la hierba'. Y entre melodías yo también quiero ser, yo también quiero lograr 'el cuerpo y la mente en unicidad'.

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PODER NO DEPENDE DE NUESTRA CONDICIÓN FÍSICA O DE LO QUE NOS RODEA, PODER DEPENDE DE LA DISPOSICIÓN INTERNA DE CADA UNO. Y YO, ¡PUEDO!
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