Me quedo con muchas de las enseñanzas que fue concediendo sutilmente y con sonrisas José Luis García Barrientos, pero me llamó la atención su visión de la actualidad respecto a jugar con la tecnología para adaptar el teatro a tiempos caóticos como estos. El arte del gran telón posee una esencia que precisa inevitablemente de la presencia in situ de un público con el cual interactuar e incluso, porqué no, llegar a improvisar con él consiguiendo así ser estimulados no sólo quienes tienen el papel de 'disfrutones' -el propio público-, sino también los actores que se llevan esto como recompensa mayor que un salario concreto. Quizá sea dificultoso trasladar lo que se produce realmente en persona a las modalidades en auge a través de pantallas con multitudes. Bien es cierto que cada vez existen más herramientas con destrezas sorprendentes para lograr experiencias cercanas a lo idóneo, pero mucho tememos que jamás otorgarán lo que provocan las metodologías tradicionales apegadas al piel con piel. En este aspecto, de momento, me gana el teatro de siempre.
María Rodríguez Velasco también indagó en esto de las hibridaciones entre las artes audiovisuales combinadas con los escenarios teatrales. Como suele suceder, hay a quienes le convencen estos experimentos por ese toque de integrar elementos actuales, y hay quienes lo desaprueban por poder ser elementos que desvíen la atención profunda de las obras o hasta de la profesión. Personalmente y desde mi humilde opinión, siempre diré que con moderación y sensatez todo puede casar. No vas a meter en una escena de carga emocional una videollamada del tío del personaje -a no ser que estés haciendo comedia, que entonces puede funcionar muy bien-, pero sí puedes meter en una obra de un contexto social actual el sonido de una notificación del móvil como transición entre escenas, por ejemplo. No se trata de ser rígidos, sino de improvisar... y de eso sabe bien el teatro.
Precisamente el elemento de la visión, usado como término de esa presencia de un público, es uno de los cuatro elementos fundamentales que desarrolla este autor y apasionado del arte en su libro "Anatomía del drama". Los otros tres son, por supuesto, el espacio, el tiempo y el personaje. Pero para ahondar en todos ellos habrá que asistir, con presencia y conformando un presente, a sus páginas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sentimentaloides, vuestra opinión me es muy importante. Gracias por cada comentario pero, por favor, hacedlo con respeto hacia mí y hacia los demás lectores.
Abel Jara Romero