El exilio, del que siempre levantarse reforzado, presente en "Las letanías de Satán", de Charles Baudelaire, ha abierto este día que me brinda los rayos de sol a retazos.
Leyendo sus piadosos versos, de pronto me ha invadido la ausencia inquieta de
Javier Del Prado Biezma
entre los contertulianos de ayer. Y he caído en la cuenta de que mi cerebro le ha conectado con mi lectura porque, en varias ocasiones, he sido testigo de sus alusiones a este autor cuyo apellido Javier pronuncia con delicada melosidad. Aprovecho para mandarle un fuerte abrazo.Pero volviendo a ese exilio, he de decir que me resulta curiosa la literatura, la propia vida. Podría haber elegido cualquier otro escritor o artista al cual usar como estímulo matutino, incluso podría haber leído cualquier otra obra del escogido. Sin embargo, han sido estos versos los que me han poseído para refrescarme los que me poseyeron ayer de
Valeria Correa Fiz
, que justo nos dio a beber el jugo poético de lo que para ella significó exiliarse. Pero no se detuvo tan solo en ello, también probamos otros néctares brotados de su ser: imaginar lo que no reside en lo real, la relevancia en una nación de conservar la memoria colectiva para aprender y poder avanzar, la compañía literata como vía empática, el tierno temblor del cuerpo expresando eroticidad sin tapujos, el encanto de una retentiva sinestésica...En fin, nos entregó en hora y media el cómputo de una persona creativa dispuesta a compartir.
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Abel Jara Romero