No permitas que nadie se crea con derecho a sacarme de mi paz, no soy un peluche animado al que abrazar a voluntad. El respeto es no comprender y aún así aceptar, que nadie sobrepase esa máxima conmigo. Si lo hacen, advierte que puedo enfermar por corromper mi mecanismo vital.
Demasiado esfuerzo me está costando transmitirte todo esto tan solo por sentirme a salvo. Decidido, ¡vete! Abandóname en el árbol australiano. Siéntete feliz por ello, lo estaré disfrutando. Ya está bien, tengo que reponerme de tanto. Me voy a dorm...
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Abel Jara Romero