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Desde el "Golden Jubilee Bridge" con vistas al "Big Ben" (a la derecha) y al "London Eye" (a la izquierda). |
El pasado 17 de junio el "Escritor Sentimientos", un servidor, se aventuraba a conocer parte de la gran capital del Reino Unido, Londres. Fue una experiencia que duró cinco días y que os intentaré transmitir desde distintos puntos de interés para que a cada uno se os haga un post ameno por su variado contenido.

Obviamente, las chaquetitas y sudaderas deben ir como imprescindible entre vuestros bártulos aunque vayáis en meses veraniegos pero, ya sabéis, el sol también puede estar presente y pasaros malas jugadas.
El transporte, veamos... si no tenéis ninguna discapacidad o dificultad física, cualquier medio de transporte os valdrá, quizá el metro sea lo que más eficaz os resulte. Si, por el contrario, sí que existe una situación más limitada, personalmente, recomiendo el simbólico bus londinense, ese rojo de dos plantas que todos visualizamos. Están todos adaptados con rampas muy prácticas con poco riesgos de caída o similares ya que salen a ras del suelo del bus y no, como pasa en algunos de aquí de Madrid, que algunas plataformas al romperse o atascarse el mecanismo dejan un pequeño escalón que dificulta la subida al bus si tu silla de ruedas no es muy potente o es manual. De precio, si tienes pensado coger en el mismo día varios buses, con el bono diario, que puede adquirirse en estancos o estaciones de tren, amortizarás el coste del mismo.

No puedo terminar este apartado sin indicar lo maravillado que me dejó poder coger un taxi convencional, sin necesidad de pedir uno más grande y adaptado. En Londres, hacen de un taxi normal, uno espacioso con una rampa en el lateral que te permite subir como un pasajero más sin tener que estar pendiente de parar a un determinado modelo de taxi. Así como en el metro es imposible desplazarte si vas en silla de ruedas, en taxi están concienciados (obviamente, el precio no es comparable).


Os pongo en situación: segundo día, paseando. Veo a una chica joven sentada en el suelo de la calle, con una maleta medio rota y con los pies descalzos -y por ello, negros-. Le miro, la saludo inocentemente y con una sonrisa. Sigo mi paseo junto a mis compañeros de viaje -mi primo y hermana- sin prestar más importancia a ese saludo. Tras unos metros, percibimos que la chica de la maleta se acerca rápido a juzgar por el sonido que emiten las ruedas. La chica se planta frente a mí, nos para y me empieza a contar una parrafada que, cuando mi primo me tradujo, me quedé anonadado. Que si "ya me había visto antes en otro mundo o lugar", que si "entre tantas personas del universo me ha visto justamente a mí", que si "la combinación de vidas había hecho posible ese encuentro"... y lo mejor, se despidió soltándome que "me volvería a encontrar más adelante". Con esto, las coñas entre nosotros ya surgieron solas... para colmo, mi primo encontró a su doble, faltó foto con ambos personajes.

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Para los religiosos, se pueden encontrar distintas construcciones dedicadas a lo espiritual entre la que cabe destacar la "Saint Paul's Cathedral".
Entre tanto, también pudimos disfrutar unos minutos de dos de las muchas zonas verdes londinenses, el "Battersea Park" y el "St. James's Park". Dos parques para evadirte y respirar hondo contemplando su flora y fauna. Quizá el más famoso de los parques de Londres sea el "Hyde Park" pero de este poco puedo opinar ya que no lo visité.
Si vais con cuatro o cinco días reservados, además de todo lo anterior, podríais visitar el conocido "British Museum", los grandes almacenes de Londres reunidos en el centro comercial "Harrods", el particular mercado urbano de "Camden Town", la "National Gallery", el barrio de "Covent Garden", el macabro y antiguo quirófano de "The Old Operating Theatre", el museo de cera "Madame Tussauds", el testigo de la fama de Shakespeare "Shakespeare's Globe Theatre" o el guerrero "Imperial War Museum".
Económicamente hablando, allí se nota una mejor calidad de vida y mayor riqueza con tan sólo mirar hacia la carretera. No digo que no haya zonas más pobres pero, en cada uno de los lugares visitados situados en distintos barrios y puntos, se podían apreciar más automóviles de gama media-alta o alta que de la que en nuestro país podemos considerar gama asequible. Quizá ayude que el precio de estos sea menor en la capital londinense y que el salario de la población sea bastante más elevado de lo que es aquí en España. En cualquier caso, hay una diferencia muy notable entre las posibilidades y oportunidades en Londres respecto a las ofrecidas en España.
Abel Jara Romero