Es cierto que, por regla general, la navidad es una época del año en la que vives momentos muy agradables con la familia o recuerdas cuando los viviste. Pero detrás de ese lado lleno de luces encendidas y buenos momentos, hay un lado oscuro. Yo, que no creo en Dios, pienso que este tipo de fiestas se inventaron en el fondo porque a los peces gordos de esta sociedad monetizada les interesaba.
Es cierto que son unas fechas tradicionalmente alegres pero, ¿por qué? Pues porque nos han acostumbrado así desde hace siglos. Tenemos la costumbre de que el final y el comienzo de cada año lo debemos pasar junto a la familia compartiendo alegrías y anécdotas. Pero y, ¿quién se está aprovechando de todo eso por detrás? pues el gobierno, las grandes empresas, en definitiva, los peces gordos a los que les llega el dinero sin que su cuerpo expulse una gota de sudor. ¿Por qué? porque nos han logrado convencer de que la navidad se vive mejor y más alegre gastando y gastando.
En muchas casas ponen la típica bota de Papa Nöel para que al día siguiente sus hijos se despierten llenos de ilusión, pero quienes realmente se están poniendo las botas son los comercios, entre otros. Estas fechas son las que hacen que el dinero fluya como el agua corre por los ríos. Mientras nosotros estamos tan alegres en nuestras casas disfrutando de lo bonitas que han quedado gracias a los adornos que hemos comprado, algunos deben estar felices de ver lo fácil que es conseguir capital a costa de los demás. Mientras unos se empobrecen gastando grandes cantidades de dinero, otros se enriquecen con el simple hecho de esperar a que les llegue. Esto es así. La sociedad es así de injusta.
Pero en realidad es lo que nos gusta. Porque cada uno es feliz a su manera. Para los ricos, tener más y más es lo que les hace felices mientras que, para la mayoría de la sociedad la felicidad está en pasar unos días junto al calor de los suyos sin importarles el gasto de dinero. Entonces, ¿es una cuestión de engaño tradicional o es cuestión de el como vivir las cosas? Yo creo que es una mezcla de ambas. Al mismo tiempo que se están aprovechando del gasto de todos, nosotros nos estamos dejando porque priorizamos el sentimiento de estar todos reunidos. Hemos asimilado que la sociedad no es justa y preferimos ver el lado bueno, en este caso. Nos da igual que unos cuantos se estén aprovechando de esos días mientras nosotros tengamos un bonito recuerdo de esa época.
Es cierto que son unas fechas tradicionalmente alegres pero, ¿por qué? Pues porque nos han acostumbrado así desde hace siglos. Tenemos la costumbre de que el final y el comienzo de cada año lo debemos pasar junto a la familia compartiendo alegrías y anécdotas. Pero y, ¿quién se está aprovechando de todo eso por detrás? pues el gobierno, las grandes empresas, en definitiva, los peces gordos a los que les llega el dinero sin que su cuerpo expulse una gota de sudor. ¿Por qué? porque nos han logrado convencer de que la navidad se vive mejor y más alegre gastando y gastando.
En muchas casas ponen la típica bota de Papa Nöel para que al día siguiente sus hijos se despierten llenos de ilusión, pero quienes realmente se están poniendo las botas son los comercios, entre otros. Estas fechas son las que hacen que el dinero fluya como el agua corre por los ríos. Mientras nosotros estamos tan alegres en nuestras casas disfrutando de lo bonitas que han quedado gracias a los adornos que hemos comprado, algunos deben estar felices de ver lo fácil que es conseguir capital a costa de los demás. Mientras unos se empobrecen gastando grandes cantidades de dinero, otros se enriquecen con el simple hecho de esperar a que les llegue. Esto es así. La sociedad es así de injusta.
Pero en realidad es lo que nos gusta. Porque cada uno es feliz a su manera. Para los ricos, tener más y más es lo que les hace felices mientras que, para la mayoría de la sociedad la felicidad está en pasar unos días junto al calor de los suyos sin importarles el gasto de dinero. Entonces, ¿es una cuestión de engaño tradicional o es cuestión de el como vivir las cosas? Yo creo que es una mezcla de ambas. Al mismo tiempo que se están aprovechando del gasto de todos, nosotros nos estamos dejando porque priorizamos el sentimiento de estar todos reunidos. Hemos asimilado que la sociedad no es justa y preferimos ver el lado bueno, en este caso. Nos da igual que unos cuantos se estén aprovechando de esos días mientras nosotros tengamos un bonito recuerdo de esa época.